viernes, julio 29, 2005

De Subtes...

Bajaba a hacer la combinación aun leyendo a fin de terminar la página que le faltaba para cerrar el capítulo y un resplador rojizo llamó su atención, levantó la vista y la vió... envuelta en un trajecito rojo carmesí, alta y esbelta, pero lo impactante no era eso, sino su cabello. Negro, negro azabache, intenso, lacio, brillante. Al Llegar al anden de la convinación y mientras terminaba de leer, ella parose a su lado y se puso un abrigo negro opacando su brillo. Al subir al subte ella se sentó y él se paró contra el final del bagón, bastante cerca, pero un poco fuera de su visión. Al terminar el capítulo, se dirigió a la puerta de modo de poder verla mejor. Notó que ella se sentía incomoda, pero él no dejó de hacerlo, más allá que interiormente quería disculparse por fastidiarla y decirle que simplemente admiraba su negra cabellera. Ambos bajaron en la siguiente estación, ella se dirigió primero a la escalera, él se aseguró de ir justo detrás, así no perder un sólo detalle de ese pelo tan negro como su alma. Al mirarla de pié con el tapado, ella ya no le parecía interesante, ya sólo miraba su cabello negro y brillante que con el reflejo de la luz daba tonos azulados. Salieron y ella se dirigió en dirección opuesta a la que él debía ir, pensó en seguirla, pero lo descartó al instante y simplemente contempló como se alejaba ese negro cabello ondenate como un crim.